Desde siempre los docentes se han quejado de
las conductas en clase y en los recreos de determinados niños, que mueven
constantemente los dedos y manos, hacen ruidos, se cambian frecuentemente
de posición en la silla, golpean a sus compañeros y compañeras y muestran
dificultad para concentrarse en una tarea. Y han sido tildados de “alumnos
traviesos” o "alumnos mala conducta".
Hoy se sabe que algunos de ellos han sido diagnosticados
de hiperactividad o
déficit atencional. Entre la sintomatología de estos chicos encontramos: comportamiento
impulsivo, incapacidad para focalizar en lo esencial y facilidad para
despistarse con estímulos irrelevantes o secundarios, excesiva agitación
debida a la alta activación de base (arousal) de la que parten, extremada
dificultad para permanecer quieto, tendencia a variar en poco tiempo de juego o
tarea, impaciencia ante la espera o los turnos, imposibilidad para perseverar o
finalizar las actividades que inicia, a menudo habla en demasía (verborrea),
pierde material necesario para la actividad escolar (por ejemplo juguetes,
lápices, libros, deberes) habitualmente por distracción, etc.
A la larga, todo esto no sólo repercute en su
rendimiento escolar (hablan sin permiso, interrumpen al profesor) y aprendizaje (problemas
para captar la información sensorial, organizarla, procesarla cognitivamente y
expresarla), sino que también acaba influyendo negativamente en su
autoestima, porque su nivel de activación suele interferir en las relaciones
con los compañeros, quienes pueden rechazarlos o enfadarse, dado que
continuamente les cogen sus cosas o reclaman su atención durante las clases;
aun se cae en la situación que los mismos padres y/o madres de sus compañeritos
demuestran rechazo hacia el niño(a) tratando de evitar que sus hijos se
relaciones con ellos.
Actualmente, en las escuelas públicas en su mayoría no
reciben apoyo psicológico de forma regular. Los padres muchas veces se
preguntan cómo pueden contribuir en casa a facilitar el aprendizaje y la
potenciación de la atención de sus hijos, al tiempo que juegan con ellos.
Ese es el objetivo de este artículo: describir algunos juegos y dinámicas para
que los docentes de la escuela, y los padres puedan ayudar a los niños hiperactivos en este sentido, de una manera
lúdica y divertida.
Ejercicios de control visomotor y atencional:
“ATENCIÓN AL DETALLE”.
Consiste en observar figuras, detalles de dibujos, imágenes
y fotografías. Se muestran al niño diferentes ilustraciones durante un corto
período de tiempo, después ha de contar y pormenorizar los detalles que
recuerde. Se le pregunta acerca de colores, disposición, tamaños, etc.
Puede hacerse con historias o descripciones de personajes.
Es importante valorar si se distrae durante la lectura o la visualización de
los dibujos, para repetir el ejercicio tantas veces como sea necesario.
“HAZ GRUPOS”.
La idea es clasificar series de objetos diferentes: botones,
cartas, figuras geométricas, pinturas de colores, prendas de vestir, etc. El
niño ha de agrupar y clasificar los objetos presentados según sus
características comunes: color, forma, etc.
“NO TE PIERDAS”.
Debe recorrer el laberinto trazando una línea que avance
desde un extremo a otro, procurando cada vez ir aumentando la dificultad de los
caminos. Si es muy pequeño, puede hacerse el ejercicio con lana o cuerdas
(en lugar de papel y lápiz) que se enreden por distintos objetos y habitaciones
de la casa, y que conduzcan a una bolsa de dulces. Al abandonar la cuerda o
distraerse, será penalizado con un caramelo de menos.
“SIGUE LA SECUENCIA”.
A partir de láminas con dibujos de símbolos, letras,
números, formas abstractas o relojes que siguen una determinada lógica, hay
que ordenar las figuras de acuerdo con la secuencia anterior.
Ejercicios de relajación o autocontrol de la impulsividad:
En el diseño de estas actividades hay que tener en cuenta
que el niño hiperactivo no suele centrarse durante muchos minutos en una misma
tarea, por lo que ésta ha de ser clara, breve y fácil de ejecutar si se quiere
obtener buenos resultados. Están orientadas básicamente para incrementar la
inhibición muscular, la relajación, el control corporal y la atención.
“COMO UN GLOBO”.
Inspiramos muy lentamente, vamos dejando que entre el aire
por nuestros pulmones y nuestro abdomen (respiración diafragmática). Éste
último se va a ir convirtiendo en un globo que se va hinchando a un ritmo
lento, después vamos a ir dejando escapar el aire y sintiendo como el globo se
va desinflando poco a poco hasta quedar vacío.
“TORTUGA QUE SE ESCONDE”
(Relajación muscular progresiva). Tumbados boca abajo, somos
una tortuga que va a ir escondiendo su cabeza y replegando sus patas, hasta que
sólo se vea el caparazón. El niño debe haber encogido y tensado los
músculos de los brazos, piernas y cuello. A continuación sale el sol y el
animal vuelve a asomar muy despacio su cabeza, al tiempo que va estirando las
extremidades, dejándolas distendidas y relajadas.
“CARRERA DE CARACOLES”.
El adulto y el pequeño van a competir en una carrera, como
si fueran caracoles. Pero como es una prueba muy especial, el ganador es el que
llega el último, de manera que irán avanzando a cámara lenta,
ejercitándose en movimientos sumamente lentos, y en el autocontrol de la
impulsividad. Paradójicamente en esta ocasión aprenderá que la recompensa llega
cuando uno es capaz de enlentecer sus movimientos y ser consciente de los
músculos que hay que tensar en cada tramo.
“RETRANSMITIENDO LA JUGADA”.
Esta es una tarea basada en la técnica de las
autoinstrucciones. Pretende modificar las verbalizaciones internas que se da
cuando realiza cualquier actividad, y sustituirlas por mensajes más apropiados
para lograr su éxito. El objetivo no es enseñar al niño qué ha de pensar,
sino cómo ha de hacerlo,aprender un modo adecuado de resolver los fracasos,
hacer frente a nuevas demandas y aumentar la resistencia a la demora de las
recompensas.
Se le explica que va a ir retransmitiendo en voz alta lo que vaya
haciendo, y que tiene que lanzarse mensajes positivos, como si fuera su
propio entrenador personal, tales como:
“Bien, ¿qué es lo que tengo que hacer?
Tengo que ….
¡Despacio y con cuidado!
Vale, lo estoy haciendo bastante bien.
Recuerda: he de ir sin prisas
(Ante un error): ¡vaya no creí que …bueno no pasa nada!, sólo tengo que borrar.
Aunque cometa un error puedo seguir haciéndolo lentamente y con atención.
¡Acabé, lo hice, muy bien!.”
muy bueno este lanzamiento! La idea es que sea útil como una alternativa para la resolución de algún caso en cuanto a problemas de indisciplina
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