martes, 19 de noviembre de 2013

LA IMPORTANCIA DEL RECREO

LA IMPORTANCIA DEL RECREO


El tiempo de recreo no es un capricho ni un simple rato para que niños y niñas jueguen. Este descanso (o descansos) dependiendo del colegio tiene una gran importancia educativa que además contribuye al desarrollo de nuestros hijos y nuestras hijas.

El juego y por tanto el recreo son parte fundamental de la formación de niños y niñas. Además de permitirles relajarse y sobrellevar de forma adecuada la jornada escolar, optimizando su rendimiento, el recreo es el momento en que pueden interaccionar libremente sin la supervisión directa de una persona adulta, contribuyendo así a su socialización.

Entre compañeros y compañeras, aprenden a negociar, a ceder, a trabajar en equipo, a ganar y perder de forma libre, experimentando sus propias reacciones y las de los casos, nadie les dice qué o como tienen que hacer (salvo en casos graves) así que tienen que ir aprendiendo de sus propios errores y creciendo como personas, aprendiendo a resolver conflictos. Es un tiempo en el que se les permite poner en práctica la teoría que van aprendiendo de forma más o menos directa e intencional, el terreno donde ponen en juego sus normas sociales, sus valores y prioridades enfrentándoles a las del resto de personas de su grupo para encontrar el equilibrio y su lugar dentro de esa pequeña comunidad.

EL grupo, de niños y niñas de la misma edad, es el mayor de los elementos socializadores al que nos podemos enfrentar y es en los tiempos de ocio el recreo en el que la parte más joven de la sociedad empieza a practicar sus habilidades sociales, su afectividad y su empatía.

Además, el recreo es un momento excelente para desarrollar su imaginación, inventar juegos, reglas de juegos, desempeñar distintos papeles y hacerlo de forma colectiva. Por otro lado, les aporta un rato de "movimiento" asegurado al día, con los beneficios que eso reporta para su saludo, ya que desarrollan actividades motoras y físicas, deportes de grupo, etc...
Por tanto, en ese breve espacio de tiempo conjugan todas sus habilidades físicas... todo se da al unísono en el tiempo de juego.

El recreo juega un papel tan importante que distintas investigaciones han hecho de él su campo de estudio. Desde la utilización del espacio físico al tipo de juegos que se desarrollan pasando por el papel del profesorado, distintos aspectos de este tiempo escolar  han sido objeto de análisis. Así por ejemplo, Romina Barros del Colegio de Medicina Albert Einstein de la Universidad Yeshiva, en Nueva York realizó un estudio en el que analizó la incidencia del disfrute o no del tiempo de recreo 11.000 niños y niñas entre 8 y 9 años, concluyendo que un descanso de 15 minutos (considerada esta duración como la mínima aceptable) contribuye a la mejoría del aprendizaje, al desarrollo social y la salud durante la etapa de la educación primaria. Además mejoran su comportamiento en clase y lógicamente, su rendimiento. Si bien no concluye una relación óptima de tiempo de recreo/tiempo de estudio si deja claro que el juego libre durante este periodo de tiempo tiene unos beneficios innegables, y que incluso aquellos niños y niñas que contaban con este periodo tenían también mejores relaciones con sus padres y madres que quienes no tenían opción de jugar dentro del horario escolar.

A la luz de todo esto, cuando les preguntemos a nuestros hijos e hijas "¿que tal hoy el cole?", no dejemos pasar por alto el tiempo de recreo pensando que simplemente se dedican a jugar porque hemos visto, es un tiempo importante donde adquieren esos conocimientos y destrezas que no están en los libros. Pueden enorgullecerse de pequeños logros en sus juegos, sentir contrariedad por alguna riña entre compañeros o desplazamiento en determinadas situaciones, la no aceptación de sus compañeras, descubrir nuevas aficiones...

Todo ello, nos aportará una información muy valiosa sobre su evolución y nos permitirá detectar problemas, necesidades, habilidades, etc... que nos ayudarán a encaminar su educación, ayudándoles y aconsejándoles como resolver determinadas situaciones en caso necesario.

Evidentemente, todo esto se puede hacer extensible a otros momentos de juego, por ejemplo un rato de parque por las tardes donde se dan cita niños y niñas para descargar tensiones del día, relajarse y jugar. Como es lógico, no acompañan, pero es interesante, cuando la tarde o la jornada del fin de semana lo permitan acercarse a jugar y por supuesto, organizar horarios para que las obligaciones de nuestros hijos e hijas no sean tantas que no les dejen tiempo de esparcimiento, para divertirse, relajarse y aprender jugando, especialmente cuando cada vez más las opciones de ocio tienden a la electrónica y el individualismo restando tiempo a una interacción tan necesaria para el desarrollo personal del individuo.

UNA IDEA DIFERENTE PARA EL RECREO

RECREJUEGOS


¿De qué se trata?
En el colegio de Albalate de Cinca vamos por el 4º curso reconceptualizando la idea de recreo escolar. Por aquel entonces, un nuevo maestro de Educación Física llegaba al CRA continuando con el habitual flujo de docentes que recorremos la geografía aragonesa. Con la ventaja del saber de mi continuidad durante algunos cursos (debido a la dificultad de acercarme más a mi zona de residencia) decidí proponer e iniciar este proyecto duradero. No fue el primer curso de mi estancia, dedicado a adaptarme al nuevo escenario y realizar una labor de análisis del terreno y asentamiento. Y en esta tarea de observar y analizar que me encomendé a mi mismo comencé a estudiar la estructura, función y calidad del recreo escolar para intentar proponer alguna experiencia similar a lo que en cursos y seminarios había presentado otros compañeros/ as. La idea se basa en el juego y en el deporte, recurso fenomenal e indiscutible para que los niños se relacionen, aprendan, resuelvan conflictos, incluso ayudan a sobrellevar conflictos graves entre alumnas que hemos tenidos dándoles una oportunidad de tregua y de compartir juego aunque sea en equipos opuestos... Pero antes que esta idea, esta la idea de autogestión; los niños proponen, organizan con nuestra ayuda, proponen, deciden, resuelven...

¿Qué se necesita?
Siempre lo más importante son los recursos humanos, profesores que se comprometan a supervisar y ejercer de modelos durante los recreos. No vale la mera vigilancia pasiva. Hay que interactuar. Al menos es necesario durante un tiempo hasta que los modelos empiezan a calar, la autogestión es adecuada y la rutina se ha establecido correctamente. Pueden ser meses, años... Si no hay gente dispuesta a apoyar y dinamizar el proyecto es muy complicado, más colegios grandes. 
Luego se necesitan algunos materiales, una división del espacio racional, una distribución de actividades, de grupos, encargados, supervisar las responsabilidades diariamente...

Nos justificamos: ¿Por qué y para qué?
Los motivos por los que propuse cambiar la dinámica de los recreos cuando atraqué hace casi 4 años en este colegio fueron la poca actividad física, reparto poco democrático de los espacios, poca coeducación, pocos escenarios susceptibles de trabajar el diálogo y la resolución de conflictos, pocas responsabilidades...
La idea nace, no como obligación, si no como alternativa a la actividad habitual del alumnado basada en pocos juegos, feudalismo territorial (terratenientes que siempre poseen los espacios y no dan pie a que otros niños/ as puedan disfrutarlos), poca actividad física y lúdica observada, muchos alumnos/ as inactivos ocupando rincones del colegio, poca interacción alumnos/ alumnas, chicas poco participativas en los recreos, alumnos más pequeños siempre en el mismo espacio, no existía opción de disfrutar de materiales y experiencias...

El recreo es un breve descanso del alumnado después del trabajo de aula, generalmente en el patio y sin la dirección directa del maestro. Es un tiempo y un espacio con libertad para decidir qué hacer, cómo y con quién; para descansar y disfrutar, despejarse, desestresarse, jugar, correr, repasar tareas e interactuar entre pares. Actividades físicas espontáneas, libres y organizadas como correr, saltar, perseguirse, jugar con pelotas o bailar, moverse y escuchar música, mejoran el rendimiento posterior de la atención, concentración, comprensión y memoria. 
El recreo promueve la socialización, la participación y las interacciones personales positivas, la creatividad y el aprendizaje de reglas y habilidades para tomar decisiones y resolver conflictos, y contrarrestar las consecuencias negativas para la salud de la inactividad y el sedentarismo de los niños.
El recreo es un tiempo lectivo y educativo que compone el 10% de la jornada escolar. Es justificada por ambos motivos nuestra preocupación y ocupación en él, y debería serlo de todos, replanteándose la función, finalidad y desarrollo de los recreos. 
Nada tan popular y deseado en el ambiente escolar como un agradable y largo recreo. Tradicional, lógica y necesaria, la recreación constituye, para la gran mayoría de los alumnos, tal vez el más importante estímulo que hace que la asistencia y esfuerzo de estar en clase sea más llevadero.
Como sabemos, los niños y los jóvenes tienen aún más limitaciones que una persona mayor para realizar un trabajo atento durante un tiempo prolongado. Su vivacidad e inquietud hace que deban moverse con frecuencia; el cansancio por una atención prolongada es en ellos más frecuente; sus distracciones se multiplican ante un tiempo prolongado de atención. Los cortes, cambios de ocupación y momentos libres, se hacen imprescindibles.
Por todo ello, es una saludable tradición que los momentos de trabajo escolar, aparte de cambios “interaula” de ocupación, estén “salpicados” de recreos o momentos de refrigerio, y otros. Asimismo, los niños y jóvenes necesitan “airearse”; salir del ámbito de una clase cuya atmósfera se va tornando pesada y que, por lo mismo, no colabora a un trabajo diligente.
Aparte de los muy importantes aspectos de descanso: cambio de ocupación, distracción, recomposición de fuerzas, y otros, el recreo tiene elementos de socialización invalorables, los cuales no se dan en el aula (allí se inician pero necesitan más espacio-tiempo); tampoco en plenitud en el hogar; y ni siquiera con los amigos de barrio.
No cabe duda que “la inocencia del hogar” queda turbada fuertemente por el “contacto escolar”. El mundo escolar y recreacional es necesario e imprescindible, pero no por ello deja de “contaminar” y hay que saberlo y buscar evitar los daños. Obviamente los “aprendizajes inconvenientes” se dan con frecuencia en momentos de recreación y socialización.
Pero también hay “conflictos” que si bien a los mayores parecen cosas de niños, para ellos son importantes y pueden dejar huellas negativas. Es muy claro que estos “convidados de piedra”, pese a su importancia educativa, no pueden pasar desapercibidos.
El aprendizaje clave de la relación interpersonal, incluso conflictiva, no es posible hacerlo solamente por Internet, pese a los excepcionales avances de ésta al respecto. Sin lugar a dudas las instituciones educativas siguen siendo imprescindibles al respecto.
No es improbable que el mundo escolarizado, de aquí a una o dos décadas, no requiera que los niños y los adolescentes vayan diariamente a los escuela sino dos o tres veces por semana, pero el contacto directo parece vital para aprender a superar conflictos, aprender a respetar, permitir un diálogo con altura, confrontar adecuadamente las diferentes ideas, y otros. Se descubre fácilmente a quienes no han tenido una educación sin alternar fuertemente con compañeros y compañeras.
El recreo escolar es precisamente un momento clave de socialización y aprendizaje de habilidades sociales. En efecto:

- Se hacen nuevos amigos y amigas a un nivel más profundo que en el mero contacto de clase. 
- Se programan nuevos encuentros en el hogar, el deporte, el estudio y la ciudad, los cuales afianzan la relación y la amistad. 
- Se crean afectos y proyectos comunes. 
- También chocan ideas, deseos de juegos y se aprende, o no se aprende, a respetar las diferencias sin quebrar la amistad. 
- Se pulen comportamientos agresivos y dominantes, o no se pulen, que más tarde serán luces o sombras en el propio futuro mundo laboral y/o familiar. 
- Se aprende a compartir, o se queda en el egoísmo que únicamente se busca a sí mismo. 
- Se tiende a superar la timidez y a expresarse con propiedad, sosteniendo con sinceridad las ideas que se consideran correctas. 
- Se aprende, o no, a trabajar en equipo y a participar en proyectos comunes en favor de los demás. Igualmente a respetar la autoridad de los mayores., aparte de otras muchas cosas.

Pero también en el proceso de socialización, y en los recreos que constituyen uno de sus estandartes, ocurren aprendizajes inconvenientes que el maestro deberá procurar minimizar. El niño y el adolescente están ávidos por aprender, pero no aprenden siempre lo mejor.
El recreo es un lugar donde la práctica de la convivencia y los valores que ella conlleva se hacen "a duras penas". La especial naturaleza de este espacio, que no olvidemos que es "lectivo", hace que los alumnos/ as "campen a sus anchas" sin objetivo ni organización. Bien es cierto que se contempla también el recreo como un tiempo de catarsis donde los niños/ as liberan su energía después de las clases convencionales pudiendo elegir con quién y cómo quieren jugar. 
En ese tiempo educativo se yuxtaponen diferentes organizaciones o sistemas de interacción social que es nuestro deber de mejorar o encauzar positivamente.

Objetivos educativos:
1. Mejorar la coeducación
2. Aumentar la participación de las alumnas en los recreos
3. Hacer un uso más justo y democrático de los espacios escolares
4. Ofrecer alternativas de ocupación del tiempo libre. 
5. Regular la conducta de manera más eficaz
6. Educar en el conflicto aprendiendo a dialogar, ser comprensivo, tolerante…
7. Aumentar el tiempo de práctica físico-deportiva de los alumnos/ as teniendo en cuenta la reducción de asignación horaria traída por la LOE y los bajos índices de actividad a los que apuntan los estudios realizados sobre nuestros escolares. 
8. Promover y enseñar a los alumnos/ as a asumir responsabilidades
9. Potenciar la participación activa de los alumnos/ as y la toma de decisiones en la vida escolar. 
10. Atender a la diversidad de intereses, necesidades… del alumnado. 
11. Prevenir conflictos educando en ellos y aportándoles recursos para afrontarlos pacíficamente
12. Integrar a los alumnos con riesgo de exclusión social.
13. Mejorar las relaciones interpersonales.
14. Incrementar las estrategias de los alumnos para la prevención de la violencia
15. Mejorar las habilidades sociales de los alumnos.
16. Ayudar a mejorar la autoestima de algunos alumnos, a descubrir facetas o habilidades que pueden hacerles disfrutar...

¿Competencias básicas?
Más que nunca y que en otro espacio y tiempo educativo en la escuela. Autonomía, iniciativa, social y ciudadana, matemática (en la diana, parchís... por ejemplo), artística (con la música), lingüística (con las canciones de comba, con el diálogo...), interacción con el medio...

¿Cómo hacemos?
Actualmente los recreos han evolucionado totalmente hacia la autogestión, objetivo último que pretendíamos. Ahora la labor del maestro se limita a jugar cuando le apetece con los alumnos/ as y echar un vistazo, puesto que todo funciona de maravilla. Los pequeños conflictos que surgen son solucionados casi siempre por ellos mismos sin mayor problema. Sólo hay que ayudar y dar pautas a los más pequeños prácticamente. 
Ya no tenemos encargados de material fijos, ni apuntamos el material en hojas. Los alumnos/ as conforme bajan al patio recogen el material que les interesa y luego son los encargados de depositarlo en su caja. 
Ya no hay juegos cerrados por cursos o ciclos. Todo alumno desde 1º hasta 6º puede jugar a lo que quiera o por libre. Abrimos paso al aprendizaje entre iguales y al internivelar, posibilitamos una atención a la diversidad adecuada dando oportunidades a alumnos/ as más adelantados física o mentalmente en habilidades, intereses... Son recreos donde caben todos, desde el competitivo nato o al que le gusta el juego de equipo hasta el que prefiere juegos como retos individuales o necesita adquirir confianza personal dominando una habilidad. Los mayores saben perfectamente cómo actuar en juegos de equipo ante alumnos/ as más pequeños: no vale todo para ganar, lo importante es disfrutar jugando todos. A todos les gusta jugar con su amigo pequeño de 1º o 2º y al revés. Se siente felices de compartir el juego mayores y pequeños. Para unos es un reto y un honor y aumentan su autoestima ante los mayores y para otros es un juego, un divertimento, una oportunidad para enseñar a los pequeños. 
Durante un mismo recreo un alumno puede jugar a varias cosas. 
Puede empezar llevando los zancos un rato (hay que turnarlos), luego echar unos tiros a baloncesto y acabar jugando a dodgeball (un juego emocionante de lanzamientos).
Los espíritus libres, sobre todo más pequeños, también tienen su espacio y tiempo pues pueden ir a jugar con los de infantil a la arena, pueden jugar a muñecos e inventar aventuras en los columpios... Todos caben. 
Hay días que se permiten unos juegos y otros no por cuestión de pistas, pero hay actividades que pueden hacerse diariamente. Cuando un espacio no es ocupado para le juego que tocaba porque no hay alumnos/ as interesados lo pueden ocupar los del deporte que no tocaba. Todo se puede negociar, todo se puede hablar, no hay nada cerrado. La norma fundamental es el respeto, el compañerismo, la responsabilidad, el diálogo. “Oye como hoy no jugáis a baloncesto un partido, os importa si cogemos toda la pista para jugar a fútbol”, “oye si hoy no jugáis a béisbol en esta mitad, podemos jugar a tiros en la portería, ¿verdad?, “oye si no jugamos hoy a dodgeball, aprovechamos la pared del campo y jugamos a frontón, ¿vale?, “oye, déjame un rato a mí los zancos ahora, por favor”. Se puede comprobar como hay diálogo, contacto, relaciones entre iguales y entre desiguales, como en la vida misma. No cabe el abuso, no cabe el autoritarismo, sólo hablar, convencer de que juegues conmigo a este juego, organizar equipos, organizar turnos, tomar iniciativas, decidir... Se puede decir, de alguna manera, hasta que son recreos muchos más cognitivos que antaño, muchos más orientados hacia la educación emocional, hacia la vida...

Normas de funcionamiento:

• Tener colgado el plano del patio en un lugar visible del aula. 
• Tener colgada la tabla de juegos en un lugar visible del aula. Pegar un plástico perforado y meter la hoja dentro porque así podemos ir modificando juegos, responsables…
• Normas de responsables de recreo:

- Mirar la tabla de juegos y el plano para decir a todos a que toca jugar y dónde. 
- Ir a buscar el material del juego que toca ese día. 
- Recoger y guardar el material después del recreo. 
- Avisar a algún profesor o profesora del patio si ocurre algo grave durante los juegos.

• La caja de material de recreos estará a la entrada-salida
• Los problemas que surjan durante el juego se intentarán resolver entre todos por medios pacíficos, usando el diálogo y las ideas inteligentes. Cuando no lo consigáis, podréis pedir ayuda a algún profesor.
• Habrá un buzón en el colegio para dar sugerencias, opiniones… sobre los juegos y cosas que pasan en el recreo.

Punto de partida
En lo recreos, tal y como eran hace 4 años, no cabe duda que los alumnos/ as estaban a gusto. Los maestros/ as también. Era una situación consolidada, aceptada y asumida por todos/ as. Los alumnos/ as mayores (en pequeña proporción respecto al total de la localidad) copaban la mayor superficie del terreno jugando a fútbol día tras día. Desde infantil hasta 4º procuraban compartir un espacio no superior a la mitad del total, mientras que la mayoría de chicas deambulaban por el patio dando vueltas o contándose sus cosas por las esquinas. Hacía falta un plan dinamizador y reorganizador de estas interacciones poco estimulantes. Había que recuperar la igualdad de oportunidades, la interacción entre ambos sexos, el aprendizaje internivelar, la necesidad de afrontar y resolver conflictos, el ejercicio físico para todos, la posibilidad de tomar iniciativas y decisiones... Por ello se propuso a los compañeros desde el aula de educación física estos RECREJUEGOS. En estos cuatro años han pasado por muchas etapas, dado el carácter flexible y participativo para los alumnos/ as que ha hecho que hayan existido múltiples cambios de actividades y organizativos durante el tiempo. También añadimos otro valor aquí al tener los alumnos que discurrir, proponer, elaborar ideas... y tener la obligatoriedad de arumentarlas y defender su valor positivo ante los profesores y compañeros en asambleas o buzones. Porque todo no valía. Por eso UN RECREO DESDE LA RESPONSABILIDAD DOCENTE, PARA ALUMNOS RESPONSABLES. 
La responsabilidad e iniciativa llega hasta tal punto que ha habido alumnos que han propuesto hacer torneos de un deporte y se han comprometido, con éxito, a organizarlos y supervisarlos durante los recreos.

Inicios difíciles: el peaje para llegar a la responsabilidad
La responsabilidad es un valor deseable que requiere disciplina y trabajo por parte de los maestros. No llega dando a los alumnos con una varita mágica en la cabeza. Requiere compromiso nuestro para que luego llegue el suyo, responsabilidad nuestra para que luego aparezca la suya, dedicación exigente a corto plazo por nuestra parte para obtener resultados a medio y largo plazo.

El comienzo fue duro, porque como ya advertí a los compañeros al presentarles mi propuesta, al principio seguramente aumentarían los conflictos. Y así fue. Los primeros meses fueron tensos porque estaban acostumbrados a una rutina donde no había apenas que organizarse ni tomar decisiones. Para que nos entendamos... los 10-13 (teníamos ESO hasta este curso) del fútbol se apañaban y los demás por donde podían. Con el tiempo fueron adaptándose. La ayuda del profesorado guiando, enseñando a organizar partidos o juegos, hacer equipos, echar a suertes, resolver conflictos hablando y aportando soluciones creativas... fue crucial. ¡Y obró la maravilla! Niños y niñas jugando a juegos de lanzar y esquivar (balón prisionero, dodgeball, ataque a la fortaleza...), otros/ as jugando a juegos de encestar o partidos de baloncesto, otros a tenis de mesa, otros a béisbol, otros a fútbol los días que tocaba, otros con música saltando a la comba, jugando a juegos tradicionales sencillos... Y el que quería, por supuesto, podía organizarse su propio ocio y esparcimiento a su manera (tobogán, corretear sin molestar a los que juegan, jugar con los de infantil...)
Afortunadamente estaba previsto por nuestra parte. La inclusión de juegos, interacción, múltiples espacios... iba a generar conflictos. Y así fue. Aparecieron protestas, enfrentamientos... que fuimos aprendiendo a resolver. Era el momento para aportar modelos significativos para la resolución pacífica y creativa de estos conflictos. Si el asunto era leve, los encargados eran responsables de intentar solucionarlos. Eran los únicos autorizados para hablar con los profesores para evitar la avalancha de quejas. Intentaban mediar y se les animaba y daba pistas para buscar soluciones creativas. "Pues si os quejáis de que este niño mayor lanza muy fuerte en balón prisionero que tire con la izquierda". Para reyertas más graves buscábamos un espacio de calma entre los implicados, y cuando la rabia había salido de ellos ofrecíamos turnos de palabra para explicar los hechos y valorarlos conjuntamente llegando al final a asumir cada uno las acciones inadecuadas realizadas y a pactar las consecuencias que se derivasen. En otras ocasiones escribir un acontecimiento tan intensamente vivido por ellos, como una pelea, servía para sacar esa rabia afuera y aliviarse y luego pasar a buscar soluciones y compromisos. 
En resumen, el primer año muchas horas echadas al 100% en los recreos escolares que luego tienen su premio.

Las previsiones se cumplen: actualmente los recreos funcionan
Actualmente si algún profesor está explicando algo a un alumno/ a que necesita ayuda y llega 2 minutos tarde no pasa nada. Los recreos funcionan solos. Sólo tenemos que bajar a enchufarles la música y porque es un altavoz portátil muy caro que compró el centro el año pasado, si no la harían ellos. De hecho cuando lo hacíamos con radiocassete se encargaban ellos. Te das una vuelta y juegas con Miguel que está en 2º a baloncesto. Como físicamente está poco desarrollado aún se ve un poco incapaz para algunas actividades donde hay mayores. Te enseña como sabe meter ya unos tiros muy complicados y haces unos tiros con él. Luego te vas a otro lado, muy cerca, y ayudas a algunos pequeños de 1º y 2º con los que no puedes todavía hacer zancos de madera en educación física porque son muchos y necesitan ayuda para no hacerse daño. Les hace ilusión porque es algo nuevo y estás alto. Les coges por detrás, les guías, les ve caminar unos pasos y luego intentarlo y perseverar por ellos mismos. Te sienten cercano, te valoran, te quieren... Algunos ya han aprendido a ir solos y tienen ese subidón de autoestima que necesitan nuestros niños/ as. Luego ves jugar a chapas a unos niños y te alegras porque has estado haciendo juegos tradicionales en clase. Luego te pones a imitar una coreografía con unas niñas de 2º y les sugieres algunos pasos. Te diviertes y te reconfortas viendo que algunos niños a veces se acercan a bailar. Luego te pones en un equipo de dodgeball porque les falta uno y compartes un juego de equipo con ellos. También te pasas por el rincón donde juegan los pequeños que no se sienten capaces todavía de jugar a fútbol con los mayores y les ayudas a regular el juego y hacer equipos recordándoles una canción para elegir como las de clase. Un día te apetece impulsar el juego de equipo y pasando la pelota en el fútbol y te metes a jugar con ellos un partido. Ves que te van copiando y se esmeran en pasar la pelota a los compañeros. Os podría contar mil situaciones más... Pero en resumen, los conflictos graves no existen, las pequeñas disputas cotidianas del juego se resuelven sin apenas ayuda por parte de los maestros, la tasa de actividad física del alumnado ha crecido sustancialmente, las oportunidades han crecido, todos pueden participar, todos tienen retos al alcance, chicos y chicas comparten juegos, pequeños y mayores comparten recreo... el RECREO SE HA VUELTO EDUCATIVO.

Por supuesto, a lo largo de estos año ha habido puntuales conflictos o peleas, pero la visión global a día de hoy es que:

- Se atiende mejor a la diversidad de intereses, motivaciones... 
- Los espacios están mejor repartidos 
- Hay igualdad de oportunidades (todos pueden jugar a todos los juegos algún día y todos pueden tener las mejores pistas o espacios algún día) 
- Los alumnos/ as se ven abocados a relacionarse más cercanamente, a hablar más y con más gente que de otra manera tal vez ni hablara... El juego nos acercaba unos a otros, incluso gente que se llevaba mal podía compartir al menos el rato del juego. 
- Los alumnos/ as tienen más responsabilidades (material, normas...) 
- Ha aumentado la tasa de actividad y práctica físico-deportiva 
- Ha mejorado la relación de confianza profesores-alumnos porque muchos días jugamos con ellos. 
- Al no jugar todos los días al mismo juego, hay menos opciones de jugar siempre al que te gusta más (fútbol) y aquel día en que toca es mucho más apreciado que antes que había todos los días. Nos sirve para regular la conducta diaria, como refuerzo negativo. 
- Los maestros que bajamos a estar y jugar con ellos, podemos ejercer de modelos positivos de juego muchos días, con lo cual los alumnos/ as aprenden (a parar y hablar si hay problemas, a separar y ayudar a los que discuten, a hacer equipos, a saludar al acabar un juego, a ser creativo para solucionar problemas....) 
- Los alumnos/ as responsables de juego (rotativos cada cierto tiempo) adquieren poco a poco roles cercanos a los de un mediador entre alumnos/ as y entre profesores y alumnos/ as. Los encargados de juego hablan con los profesores cuando necesitan ayuda o algo no va bien.

A día de hoy todavía estamos incorporando juegos. Lo que pasa es que al principio lo hacíamos con propuestas al buzón de sugerencias y ahora ya no funciona y se hace más por las inquietudes que vamos captando o vemos que van mostrando los alumnos/ as. Por ejemplo un día un alumno trajo una pelota de tenis y varios se unieron. Pues ahora en una pared jugamos algunos días a frontón. Luego compramos para Navidad futbolines y juegos de mesa, y algunos también optan por quedarse en un aula (sala de juegos) polivalente a jugar, charlar y disfrutar.
Actividades a la carta
Las actividades fueron una primera propuesta del profesor de Educación Física, para luego ir incorporando, en la medida de lo posible, las iniciativas de los alumnos. Su carácter siempre está muy marcado por las modas, las actividades que se realizan en el área de educación física en esa temporada... Os voy a hacer un recuento de todas las que se han llegado a realizar, no todas el mismo día, claro. Aunque si que un mismo día se podían ver hasta 5-6 actividades diferentes distribuidas por el patio, aparte del juego libre que algunos eligen como mejor opción.

- Fútbol, el deporte rey, como no. Fue costoso reducir el número de días de práctica pero se logró viendo ellos/ as mismos que hay otras propuestas interesantes que a veces apetece probar. Era necesario porque ocupaban toda una pista polideportiva que a veces se puede partir en dos para realizar otras actividades. 
- Baloncesto: grandes partidos hemos realizado con el apoyo de maestros que ofrecían modelos de juego colectivo a los alumnos/ as. También muchos días juegos y concursos de tiro al que muchos se han aficionado y hemos constatado que ha hecho descubrir a muchos alumnas/ os a los que el fútbol se les daba mal, su deporte preferido (gracias al simple efecto de un par de canastas al día logramos hacer sentir competentes en algo a muchos alumnos/ as no muy aptos para otros deportes). 
- Béisbol 
- Minitenis 
- Tenis de mesa. El ayuntamiento nos dejo una mesa que tenía en la piscina, pero se rompió. Ahora tenemos un dinero y nos parece buena idea comprar una fija. 
- Balón prisionero y otros juegos de lanzamiento (asalto al castillo...) 
- Dodgeball. Es un juego deportivo de lanzamiento muy participativo con tres pelotas. Es emocionante, hay constante movimiento, se puede salvar a tus compañeros... Les encanta. 
- Música y bailes. Antes con radiocassete y ahora con un ampli que compró el cole para grandes eventos. Un sector de alumnos lo piden todos los días para hacer algún baile, otros simplemente porque les gusta... Le da un carácter animado al recreo. 
- Juegos tradicionales: frontón rebullón, zancos, chapas, combas, rayuela... 
- Diana. Hay una para colgar fuera y otro para la sala de juegos. Trabaja competencias como la suma en los los alumnos/ as. 
- Sala de Juegos interior: diana, parchís, oca, ajedrez, futbolín, hockey...). Creación a propuesta de los alumnos/ as. En Navidad el AMPA regala a cada clase algún juego y nosotros les pedimos que junten el dinero para pedir juegos para la sala. Para alumnos/ as tranquilos, días de lluvia, invierno... va sensacional.

Como habéis visto muchas cosas van bien pero hay otras que día a día debemos pulir. No obstante son más las cosas que nos valen la pena. Un día cualquiera os puedo describir la escena: 7-8 alumnos/ as haciendo turnos y riendo entorno a las manijas de un futbolín, 10-12 alumnos jugando a fútbol emocionadamente, 12-14 alumnos/ as jugando a dodgeball (juego emocionante de lanzamientos y esquivas) animados por el profesor Alfonso porque hacía días que les daba por no jugar a ese juego, 6-8 alumnos/ as jugando muy organizadamente un partido de baloncesto, 4-5 jugando a tenis de mesa por turnos demostrando un concentración fantástica, 7-8 alumnos jugando con sus aros y su bate a béisbol, 5-6 alumnos/ as probando suertes dispares con saltos de comba y yo en concreto dando a otra y entonando canciones... Y, de repente, llega otro y pide... “- ¿puedo jugar?- y responde - Si, claro, vas con el equipo de Silvia. Lanzas un mirada barriendo todo el recreo con tu vista y ves reparto de espacios, actividad, participación, risas, carreras, saltos, algún grito, palabras entrecruzadas entre ellos...
Nuestros nuevos retos... algún torneo mensual de algún juego de manera internivelar y con participación de equipo de profesores, mejorar y ambientar la sala de juegos de mesa, incorporar juegos de iniciación al ajedrez en las aulas para traspasar el interés a los recreos...
Atención a la diversidad: los recreos un lugar perfecto. 
Sabemos que dentro del aula la atención a la diversidad en las diferentes áreas es una de las labores más complicadas en educación actualmente. La idiosincrasia de los recreos es ideal para llevar a su máxima expresión la diversidad. Eliges tipo de actividad, niños/ as con los que mejor compatibilizas física y mentalmente a pesar de tu edad, compartes intereses con niños/ as que a lo mejor no están en tu clase, asumes retos que quizá en el entorno de tu clase no te suelen proponer tus profesores pero de los que tu te ves capaz...

Como podéis ver intentamos que sea media hora en la que quepan los enérgicos, los tranquilos, los deportistas, los tímidos, los atléticos, los poco hábiles, los parados, los movidos, los responsables, los menos responsables, los marchosos, los reflexivos, los atentos, los despistados, los nerviosos, los trabajadores, los que no trabajan tanto, los niños, las niñas, los mayores, los medianos, los pequeños, los lentos, los rápidos, los altos, los bajos, los, las...
Las dificultades: principales inconvenientes y obstáculos que han ido apareciendo y hemos tenidos que superar. 
Las principales dificultades que no hemos encontrado durante el camino y que alguna de ellas todavía muchos días nos hace pensar son:

- Los de infantil juegan libremente con cubos, palas, pelotas... y muchas veces nos damos cuenta de que son los que necesitan más ayuda para organizarse y resolver conflictos. 
- Las responsabilidades de apuntar materiales, recogerlos... es de las cosas que más les cuesta. 
- Muchas veces unos cursos quieren jugar junto a otros y nos encontramos el dilema de que es bueno pero a veces en según que deportes o juegos puede ser peligroso la diferencia de edad. 
- La implicación de algunos maestros (si no estás al menos 2-3 metido activamente en el tema, es imposible) 
- El control del material. Al estar en el aula polivalente que está siempre abierta, a veces lo cogen los del comedor y se pierden cosas. El registro diario además es difícil si no está supervisado directamente por un profesor porque cuando lo hacen ellos apuntando, lo hacen de mil maneras (bien, mal, me olvidé...) El caso es que no llegamos a todo. Lo ideal sabemos lo que es, pero falta colaboración de más gente. Sería tener el material en un cuarto cerrado nada más que para material y un profesor rotativo que se encargará cada día de abrir para entregar material y cerrar controlando quién lo entrega y quién no para pedir explicaciones. A día se ha solucionado como ya he comentado en otro punto. Ahora el material esta a la vista de todos, puede cogerlo el primero que llegue sin apuntar nada. Ahora funciona bien así. Anteriormente hubo problemas. 
- A veces los encargados de juego asumen roles de abuso de poder respecto a juegos o alumnos/ as. Quizá sería bueno que fueran solo encargados los que son buenos encargados, justos, correctos, dialogantes, ecuánimes... y los que no, no dejarles. 
- Con los de 1º y 2º son con lo que más dificultad tenemos porque les cuesta mucho jugar juntos y organizarse. Muchas veces están por ahí dispersos cada uno. Una vez probamos creando una ONG llamada JUEGOS SIN FRONTERAS ( en CIU) donde rotativamente bajaban a ayudar con los juegos a los de infantil y 1º y 2º, pero aquello no duró mucho porque los mayores necesitan mucho también el recreo.

Vuestro recreo. 
A todos/ as aquellos que en vuestro centro estéis dispuestos a mejorar los recreos escolares podemos deciros que no dudéis en intentarlo. Vuestro recreo debe ser un lugar divertido, de caras felices, de risas, de movimiento, de expresividad, de interacción... Debe ser el recreo con el que vuestros alumnos/ as sueñen, dentro de las posibilidades que estiméis. Debe ser flexible, abierto, organizado, responsabilizado, participativo... El protagonista es el niño y sus ideas, razonamientos y propuestas. Deben caber intereses y motivaciones varias, desde los niños más deportistas e inquietos hasta los más tranquilos, desde los más individualistas hasta los más colectivos, desde los más tímidos hasta los menos, más hábiles hasta más torpes... Todos/ as deben tener ocasión de disfrutar, elegir, dar rienda suelta a su interior, canalizar sus necesidades...
Si lo conseguís, ese será el mejor recreo del mundo.